QUESO FRESCO

Para hacer el queso fresco, primero pasteurizamos la leche. Debido al debilitamiento de las cadenas de calcio en este proceso, se le añade un poco de Cloruro cálcico. A continuación se añade cuajo a la leche. Pasado un tiempo, se corta la cuajada hasta dejar el grano en el tamaño adecuado. Mientras se calienta un poco se le añade sal y se mete en moldes. Durante un tiempo, lo dejamos reposar para que con su propio peso vaya perdiendo suero. Finalmente se mete en los envases y está listo para comer.

Sabor suave y fresco, con unos toques de yogur y nata. Es de color blanco y no tiene corteza. El sabor de la leche está presente y tiene una textura compacta. Es muy apropiado para comer en ensaladas, incluso acompañado de mermelada en una tostada.

PROCESO DE ELABORACIÓN DEL QUESO FRESCO